El papel de los bioestimulantes y biofertilizantes en la agricultura regenerativa
La agricultura regenerativa está tomando fuerza desde hace un par de décadas, y los bioestimulantes y biofertilizantes desempeñan un papel crucial en este nuevo sistema agrícola.
Se trata de un nuevo enfoque de producción que se basa en la restauración de la calidad y la fertilidad de los suelos degradados mediante la adopción de una serie de medidas que buscan priorizar la salud del suelo y la biodiversidad y resiliencia de los sistemas agrarios y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Principios de la agricultura regenerativa
Se basa en principios y prácticas que promueven la regeneración de la tierra, en lugar de su degradación, y que fomentan la resiliencia y la sostenibilidad a largo plazo. Estos serían sus principales medidas:
1. Minimizar la perturbación del suelo:
Reducir la labranza o eliminarla por completo para mantener la estructura del suelo y la vida microbiana.
Evitar prácticas que degraden el suelo, como el uso excesivo de pesticidas y fertilizantes sintéticos.
2. Mantener una cobertura vegetal permanente:
Usar cultivos de cobertura para proteger el suelo de la erosión, mejorar su estructura y aumentar la materia orgánica.
Mantener raíces vivas en el suelo el mayor tiempo posible para alimentar los microorganismos del suelo.
3. Diversificación de cultivos y rotación de cultivos:
Implementar la rotación de cultivos para evitar el agotamiento de nutrientes y reducir las plagas y enfermedades.
Fomentar la policultura y los sistemas agroforestales para mejorar la biodiversidad y la resiliencia del ecosistema agrícola.
4. Integración de ganado y animales:
Utilizar el pastoreo rotacional para mejorar la fertilidad del suelo y aumentar la materia orgánica.
Integrar animales en el sistema agrícola para aprovechar sus beneficios naturales, como el control de malezas y la fertilización del suelo.
5. Gestión eficiente del agua:
Implementar técnicas de riego eficientes que conserven el agua y mejoren su retención en el suelo.
Crear estructuras de retención de agua, como zanjas de infiltración y estanques, para aumentar la disponibilidad de agua en el paisaje.
6. Incremento de la biodiversidad:
Fomentar la presencia de una amplia gama de especies vegetales y animales en el ecosistema agrícola.
Promover hábitats naturales y corredores biológicos para apoyar la fauna y flora locales.
7. Ecosistemas holísticos y enfoque sistémico:
Considerar la granja como un ecosistema interdependiente donde cada componente (suelo, plantas, animales, agua) juega un papel crucial.
Adoptar un enfoque integral que aborde las interacciones entre todos los elementos del sistema agrícola.
8. Ciclos cerrados de nutrientes:
Promover el reciclaje de nutrientes dentro de la finca, utilizando compostaje, estiércol animal y residuos de cultivos.
Usar insumos orgánicos, bioestimulantes y biofertilizantes.
9. Aumento de la resiliencia climática:
Implementar prácticas que aumenten la capacidad del suelo y del ecosistema agrícola para resistir y recuperarse de eventos climáticos extremos.
Capturar carbono en el suelo y en la biomasa vegetal para mitigar los efectos del cambio climático.
10. Compromiso con la justicia social y económica:
Promover condiciones de trabajo justas y seguras para los trabajadores agrícolas.
Fomentar la equidad y el bienestar de las comunidades locales involucradas en la agricultura regenerativa.
Este enfoque no solo busca la sostenibilidad, sino también la regeneración activa de los recursos naturales. Al centrarse en mejorar la salud del suelo y la biodiversidad, la agricultura regenerativa puede aumentar la productividad y la resiliencia de las explotaciones agrícolas, al mismo tiempo que mitiga los efectos del cambio climático mediante la captura de carbono y la reducción de emisiones.
El papel de los bioestimulantes y biofertilizantes
Los bioestimulantes y biofertilizantes desempeñan un papel crucial en la agricultura regenerativa al mejorar la salud del suelo, la eficiencia de los nutrientes y la resistencia de las plantas al estrés. Aquí se detallan sus contribuciones específicas:
1. Mejora de la salud del suelo:
Aumento de la actividad microbiana: Los bioestimulantes promueven la actividad de microorganismos beneficiosos en el suelo, como bacterias y hongos micorrícicos, que son esenciales para la descomposición de la materia orgánica y la formación de humus.
Mejora de la estructura del suelo: Ayudan a agregar estabilidad a las partículas del suelo, mejorando su estructura y aumentando la capacidad de retención de agua y aireación.
2. Eficiencia de los nutrientes:
Absorción mejorada de nutrientes: Los bioestimulantes y biofertilizantes facilitan la absorción de nutrientes por las plantas, especialmente en suelos pobres en nutrientes o degradados.
Movilización de nutrientes: Ayudan a movilizar nutrientes inmovilizados en el suelo, haciéndolos más disponibles para las plantas.
3. Aumento de la resiliencia al estrés:
Tolerancia al estrés abiótico: Mejoran la capacidad de las plantas para resistir condiciones adversas como sequías, salinidad, temperaturas extremas y estrés hídrico.
Tolerancia al estrés biótico: Determinadas formulaciones fortalecen las defensas naturales de las plantas contra enfermedades y plagas.
4. Estimulación del crecimiento y desarrollo de las plantas:
Estimulación del crecimiento radicular: Promueven un sistema radicular más extenso y profundo, mejorando la estabilidad de la planta y su capacidad para absorber agua y nutrientes.
Desarrollo vegetativo y productivo: Aumentan la biomasa vegetal y la productividad de los cultivos, contribuyendo a mayores rendimientos sin comprometer la sostenibilidad.
En resumen, los bioestimulantes y biofertilizantes son una herramienta vital en la agricultura regenerativa. Contribuyen a la regeneración y mejora de la salud del suelo, la eficiencia de los nutrientes y la resiliencia de las plantas, apoyando los objetivos de sostenibilidad y regeneración que son centrales en este enfoque agrícola.
Y es que muchos de los bioestimulantes y biofertilizantes están formulados con ingredientes 100% naturales, como el extracto de algas o los microorganismos benéficos. Como manvert acticrop, un consorcio de microorganismos benéficos con una alta concentración que mejora la estructura del suelo y la microbiota beneficiosa repercutiendo en una clara mejora del desarrollo de la planta y, en consecuencia, su productividad.
manvert acticrop está compuesto por un consorcio de tres géneros de microorganismos benéficos: Penicillium, Bacillus y Trichoderma, que se caracterizan por ser efectivos colonizadores de raíces y estimulantes del crecimiento vegetal.
Con la aplicación de manvert acticrop se mejora la calidad del suelo, el funcionamiento de la raíz y el aprovechamiento de nutrientes por parte de ésta, lo que comporta una mejora en el desarrollo de la planta y de sus parámetros morfológicos, como la altura, el peso de la raíz y el grosor del tallo. Este mayor crecimiento y vigor repercute en un aumento de la productividad de la planta y del rendimiento del cultivo.
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