La prevención, fundamental en la Erwinia de la piña
La Erwinia de la piña, o pudrición bacterial del cogollo, es una de las enfermedades más frecuentes en este cultivo. Las variantes más conocidas son la Erwinia carotovora y Erwinia chrysanthemi.
Esta enfermedad suele empezar en la base de las hojas centrales, que se desprenden con facilidad, y produce una pudrición de color camel o pardo que huele muy mal. Suele transmitirse muy rápida y fácilmente a través del agua, el suelo (es habitual en suelos mal drenados) o mediante insectos.
Se presenta mayoritariamente en períodos de lluvia y antes del forzamiento, que es unos de los periodos de mayor crecimiento de la planta de la piña.
La erwinia se manifiesta inicialmente en forma de una lesión acuosa en el cogollo o en las hojas basales. Esta lesión afecta al tallo y las hojas amarillean secándose en los ápices. Puede producir la muerte de la planta.
Cuando esta enfermedad traspasa al fruto, la cáscara se torna de un color verde oliva y se aprecia la liberación de un exudado espumoso y abundante en la base.
La Erwinia puede tener un ciclo de una a dos semanas, si las condiciones ambientales son favorables a su proliferación. Suele afectar en mayor medida a plantas jóvenes y causa grandes pérdidas en países que son grandes productores de piña como Costa Rica, México, Brasil o Colombia.
La Erwinia y sus causas
Las principales causas de aparición de Erwinia puede agruparse en:
Condiciones climáticas. Como hemos apuntado, esta enfermedad se desarrolla muy bien en condiciones de humedad alta, especialmente en el suelo. Si, además, esta humedad se acompaña de temperaturas moderadas a altas, entre los 25 o 30 grados, se favorecerá el crecimiento de la patología.
Prácticas de riego. Un riego excesivo producirá una humedad muy alta, obviamente, y añadirá posibilidades al desarrollo de la Erwinia. También hay que ver la calidad del agua, que no esté contaminada con esta bacteria.
Heridas en las plantas. Ya sean daños mecánicos, como los que producen las herramientas o incluso la propia manipulación de las plantas, o los daños producidos por insectos. En ambas situaciones se puede facilitar la entrada de la bacteria en la planta.
Material contaminado. Pueden ser esquejes procedentes de piñas infectadas o semillas contaminadas.
Condiciones de suelo. Un suelo que no drena bien es también candidato a acoger Erwinia, puesto que será un suelo con un alto nivel de humedad. También puede proporcionar un hábitat favorable para la bacteria la presencia de gran cantidad de materia orgánica en descomposición.
Manejo postcosecha. La mala ventilación durante el almacenamiento y transporte puede hacer crecer la humedad y por lo tanto también la Erwinia. También las temperaturas inadecuadas en este espacio de tiempo pueden ocasionar brotes.
Prevención, la clave
Para alejar la Erwinia del cultivo de piña será imprescindible realizar acciones preventivas que minimicen las condiciones favorables de las que hemos hablado. Por lo tanto, deberemos actuar en varios frentes:
Control de condiciones climáticas y del suelo. Evitar el riego excesivo y cultivar en zonas con buen drenaje o realizar trabajos de drenajes en el suelo para evitar un exceso de humedad que será perjudicial no solo para esta enfermedad sino para otras muchas más.
Material sano. Por supuesto, debemos seleccionar esquejes y semillas limpias, procedentes de lotes que no hayan presentado incidencia de la enfermedad. Y también es necesario usar materiales libres de enfermedades o desinfectarlos previamente.
Manejo de heridas. También es aconsejable tener mucho cuidado al manipular las plantas porque si se las daña la bacteria entra con más facilidad en el interior. Tampoco es aconsejable manipular las plantas enfermas dentro de la plantación para evitar que la enfermedad se propague, así como realizar un control de insectos, puesto que pueden ayudar a extender el problema (infecciones secundarias).
Manejo de postcosecha. Deberemos mantener las piñas en condiciones de almacenamiento adecuadas, con control de humedad, ventilación y temperatura, al igual que durante el transporte a su destino.
Tratamiento agroquímico. No existe un control químico efectivo al 100% contra la Erwinia. De ahí que su manejo sea principalmente preventivo. Sin embargo, existen soluciones preventivas muy efectivas. Son las que llevan microorganismos como el hongo trichoderma spp o productos a base de fosfitos de potasio o producto con cobre, puesto que aumentan las defensas de la planta frente a este tipo de problemas.
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