Cómo aumentar el rendimiento en caña de azúcar

El rendimiento de la caña de azúcar suele variar entre las 40-50 y las 150 toneladas por hectárea, por lo que la producción de azúcar varía entre las 3,5 y las 15 t/ha. Actualmente el cultivo de caña de azúcar -el nombre científico es Saccharum officinarum- es responsable del 70% de los cultivos sacaríferos en el mundo y es uno de los principales cultivos de las áreas tropicales y subtropicales.

El mayor productor es Brasil, seguido por la India, China, Tailandia, Pakistán, México, Australia, Colombia, Guatemala y EEUU. Estos países concentran más del 83% de la producción mundial. En Centroamérica se trata de un cultivo muy extendido también, aunque la superficie de los países de esta zona es menor, por lo que, aunque tienen una producción importante, no aparecen en los primeros puestos. Estamos hablando de países como El Salvador, la República Dominicana o Costa Rica. Se trata de un cultivo muy versátil, con una gran cantidad de derivados, y con un gran aprovechamiento, puesto que, una vez extraída la sacarosa, la caña se usa en numerosas industrias, desde la energética hasta la textil pasando por la alimentación animal.

Es un cultivo herbáceo y perenne, de la familia de las gramíneas que macolla -produce un grupo de tallos- que pueden llegar hasta los 5 metros de altura.

Factores que determinan el rendimiento

Edafoclimáticos: clima y suelo

Los requerimientos edafoclimáticos son muy importantes en el cultivo de caña de azúcar. Nos referimos al clima, la temperatura, la humedad y también al tipo de suelo, a la altitud y a la disponibilidad de agua. La temperatura debe ser de un mínimo de 15 grados centígrados para que la planta crezca, mientras que la germinación precisa temperaturas por encima de los 30 grados como mínimo. Además, lo deseable es tener una variación de temperatura entre el día y la noche de más de 8 grados para obtener un azúcar de calidad. Es por eso que el cultivo de caña de azúcar se circunscribe a las regiones tropicales y subtropicales cálidas y soleadas. La humedad relativa debe situarse entre el 80 y el 85%.

La radiación solar también es imprescindible para la actividad fotosintética y la caña necesita de 6 a 9 horas de sol diarias para ofrecer una producción y un azúcar satisfactorios. La luz del sol es también fundamental para el proceso de ahijamiento. El mejor suelo para el cultivo de la caña es el que presenta una buena aireación y drenaje.

El pH ideal está entre el 5 y el 8. Eso sí, debe controlarse la salinidad del suelo. En lo relativo a la altitud, lo ideal para el cultivo de la caña es que la plantación esté entre los 400 y los 850 msnm. La disponibilidad de agua es un factor determinante, puesto que la caña de azúcar demanda una alta cantidad y debe repartirse adecuadamente entre las diferentes etapas de su crecimiento (necesita más agua en las etapas iniciales y no tanta en la de maduración).

Fertilización y control de plagas, enfermedades y malezas

El óptimo rendimiento del cultivo de la caña depende de los factores que hemos mencionado, como de la fertilización según las necesidades, con la que lograremos aumentar la población inicial y distribuir los tallos además de aumentar los tallos molibles. Es necesaria una correcta estrategia de fertilización y un control de plagas, maleza y enfermedades, obviamente, pero también hay que tener en cuenta las etapas climáticas, que incidirán en el rendimiento. El ciclo de crecimiento de la caña es largo, con lo que la posibilidad de sufrir un episodio climatológico desfavorable no es menor.

Uno de los retos en el cultivo de caña de azúcar es obtener el mayor rendimiento posible en términos de biomasa, es decir, un óptimo tonelaje de tallos por hectárea. La meta será mantener una superficie foliar óptima y maximizar la extensión de la caña y el crecimiento de entrenudos elevando así el rendimiento de la caña. Para lograr este objetivo será importante una fertilización adecuada a base de nitrógeno, que es uno de los nutrientes más requeridos y que ayudará a incrementar la materia seca y resulta esencial en la fotosíntesis.

El fósforo es otro nutriente importante en el cultivo de caña de azúcar e influirá en el área radicular, en el desarrollo de brotes y el macollamiento. También el potasio es necesario para la fotosíntesis y el crecimiento del cultivo porque influye en la extensión de los entrenudos y la circunferencia. Es importante en este cultivo el balance entre nitrógeno y potasio.

Otros nutrientes requeridos en el cultivo de caña de azúcar son el magnesio, que influirá en la transpiración y el crecimiento, y el calcio, que colabora en el fortalecimiento de las paredes celulares de la planta y de la estructura de la planta.

Bioestimulantes para caña de azúcar

La fertilización es un factor muy importante en el cultivo de la caña. Pero la incorporación de las soluciones bioestimulantes es también una realidad en el manejo del cultivo de la caña de azúcar en todas las plantaciones que buscan una rentabilidad máxima. Son actualmente una opción para aumentar de forma significativa la cantidad y calidad del cultivo. Los bioestimulantes son especialmente eficientes cuando la planta se ha visto sometida a períodos de estrés o para prevenir estas situaciones. Las soluciones bioestimulantes permiten que los cultivos produzcan al 100% porque estimulan los procesos fisiológicos de las plantas para aumentar el vigor, el rendimiento y la calidad de la cosecha, además de aumentar la tolerancia de los cultivos a cualquier tipo de estrés.

Para lograr el objetivo del máximo rendimiento en caña de azúcar, uno de los momentos clave es el establecimiento o brotación del cultivo, que correspondería a su fase inicial.

Para que ésta sea exitosa recomendamos la aplicación de manvert estimulante plus (también llamado manvert aminoplant y manvert amino 24). Se trata de un bioestimulante orgánico con alto contenido en aminoácidos libres y péptidos de bajo peso molecular. Su aplicación tiene un fuerte efecto de choque y se recomienda en todos aquellos cultivos que atraviesen periodos críticos, así como de estrés, sequías, heladas, fitotoxicidades o decaimiento del cultivo, y como estimulante de la vegetación. Aplicada en el cultivo de la caña de azúcar, esta solución permitirá estimular los nuevos brotes y su desarrollo óptimo.

Durante la etapa de macollamiento será interesante aplicar manvert foliplus (también llamado manvert alcafol y manvert folikin), un bioestimulante orgánico completo y único gracias a la sinergia de sus cuatro ingredientes principales: aminoácidos, azúcares reductores, extracto de algas Ascophyllum nodosum y bioactivadores de origen natural. Esta sinergia proporciona un mejor desarrollo y crecimiento vegetativo, una mejora de la calidad de los tallos, un aumento de la asimilación de nutrientes y de la producción y una ayuda a la recuperación tras períodos de estrés abiótico, además de una mejor resistencia para afrontarlos. Es precisamente este último punto el que resulta especialmente interesante en el cultivo de caña de azúcar.

Y, también durante la etapa de macollamiento y durante la fase de elongación de tallos/entrenudos, la recomendación principal es aplicar manvert ortosil -también llamado manvert silikon- porque resultará de gran importancia para mejorar la estructura de la planta, la capacidad fotosintética y la resistencia a condiciones de sequía o altas temperaturas, lo que permitirá mantener la planta activa por mas tiempo y obtener el gran rendimiento que buscamos en caña de azúcar. Y es que manvert ortosil es un bioestimulante líquido formulado con una gran alta concentración de silicio asimilable en solución (36% p/v), que hace que la planta se mantenga hidratada y nutrida, fuerte y vigorosa. Gracias a la formulación con la tecnología Neovert tech, manvert ortosil consigue una concentración muy alta y un tamaño de partícula muy reducido que proporciona un mayor cubrimiento y penetración en la superficie foliar, con lo que se logra la máxima efectividad del silicio.

Con este trío de soluciones manvert se multiplican las opciones para lograr un buen establecimiento del cultivo y un buen desarrollo vegetativo para lograr un gran tonelaje de tallos y un gran rendimiento en la cosecha de caña de azúcar.

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