Los microorganismos y sus beneficios en la agricultura del siglo XXI
Tras algunas décadas de estudio, hoy sabemos que el suelo está vivo. Un suelo sano está habitado por millones de organismos que interactúan entre sí de diferente modo y que desempeñan funciones que hacen posible mantener el equilibrio del ecosistema y la disponibilidad de nutrientes en el suelo, fundamental para el buen funcionamiento de las plantas.
Un suelo fértil es aquel que contiene una reserva adecuada de elementos nutritivos disponibles para la planta y una población microbiana que libere nutrientes que permitan un buen desarrollo vegetal. Por lo tanto, para que un suelo esté vivo y sea fértil los microorganismos benéficos son fundamentales, ya que se ocupan de mejorar la fertilidad biológica del suelo.
El manejo de los sistemas agrícolas con un enfoque orgánico y regenerativo considera que los microorganismos son elementos básicos y fundamentales para para lograr la sostenibilidad de los cultivos, pero también para alcanzar la máxima calidad en la cosecha y productividad para los agricultores.
Estos diminutos seres cumplen ambas funciones, especialmente en suelos empobrecidos, con poca población microbiana.
Este empobrecimiento de los suelos agrarios ha provocado una disminución en la calidad y la cantidad de los microorganismos, generando un desequilibrio que afecta a las plantas, cada vez más expuestas a enfermedades, a ataques de microorganismos patógenos y con una dificultad cada vez mayor para desarrollarse, producir y dar cosechas de calidad.
Por tanto, la restauración de los microorganismos en el suelo es crucial para la agricultura regenerativa.
Los microrganismos en la biotecnología
Pero no todos los microorganismos tienen la misma validez y garantía. Sólo los que son estrictamente seleccionados, registrados y verificados tienen una garantía de éxito. De ahí la importancia de la biotecnología y las soluciones biológicas ofrecidas por profesionales del sector, que se convertirán en uno de los mejores aliados de la agricultura del siglo XXI porque aúnan sostenibilidad y rentabilidad: aumentan la productividad reduciendo el impacto ambiental.
Los productos a base de microorganismos benéficos, como manvert acticrop, nacen tras una exhaustiva investigación de las comunidades microbianas y la elección de cepas seleccionadas cuya efectividad está exenta de dudas.
Además, al ser de origen completamente natural, las soluciones a base de microorganismos son ecológicas y promueven una agricultura sostenible, minimizan los residuos en el suelo y los tejidos, y son inocuas para el ecosistema y para el consumidor.
Sus beneficios
Su aplicación al suelo agrario comporta:
una mejor asimilación de nutrientes
una revitalización y regeneración del suelo
un favorecimiento de la producción de fitohormonas
un desplazamiento de hongos patógenos y nemátodos
un incremento de la eficacia fotosintética y contenido de clorofila
una degradación de contaminantes del suelo de naturaleza química
En conjunto, la aplicación de microorganismos se traduce en una planta o cultivo más sano, con mayor aporte nutritivo, una mayor resistencia a enfermedades y un mayor rendimiento productivo.
Es una tecnología más hacia una agricultura más limpia, más sostenible y eficiente y claramente beneficiosa tanto para los productores agrícolas y como para mantener un planeta sostenible y sano.